En ese momento, me esperaba de todo menos aquello. Nunca pensé que vería con mis propios ojos mi cuerpo inerte en un callejón encima de un charco de sangre... eso sólo significaba una cosa. Estaba muerta.

jueves, 13 de marzo de 2014

▶Capítulo 4 | 2ª Parte

Siento el tacto del metal frío aún en mi mano.
Necesito deshacerme de esta cosa. ¿De dónde ha salido? 
Esto acrecienta mis temores sobre lo que hice la noche anterior. ¿Qué ha pasado? ¿Qué he hecho?
Necesito saber por qué tengo una pistola dentro de mi sudadera. La angustia me tortura. 
Viene una idea a mi mente, pero rápidamente la desecho. 
Es imposible. No, no es posible que...o sí...buf. Ya no sé ni qué pensar.
¿Y si realmente hubiera matado a alguien?
No. No soy ningún asesino. Puede que mis pintas no sean muy formales, y que cometa algún otro delito menor (como piratear ordenadores y demás)... pero...¿¡Matar!? La simple idea me horroriza.
La voz de Robe de Extremoduro me saca de mis cavilaciones con su "Dulce introducción al caos". Me están llamando. 

                                           "Número oculto"

Será algún imbécil gastando bromas. 
Lo cojo para dejar de pensar, durante unos instantes al menos, en el artilugio que llevo metido en el bolsillo. 
Escucho una voz distorsionada:

-O guardas silencio, o te silenciaremos.

Cuelgo. No estoy para ese tipo de bromas. Cuánta gente aburrida hay suelta por ahí. 
De repente paso por al lado de un kiosko y veo una noticia que está de portada en todos los periódicos.


                                          " ASESINATO EN NEWCASTLE."
                    
             "Una joven fue encontrada muerta ayer noche en Newcastle, Inglaterra. Aún no se sabe quién  puede haber sido. La policía está investigando...."

Soy incapaz de seguir leyendo.

Diablos, ¿Qué hice anoche?



                                                                                                           Mariela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario